Van creciendo y son conscientes de ello.
Levantan su mano y muestran,abiertos, todos los dedos.¡ Ahora ya tengo cinco!, dicen orgullosos, mientras levantan su naricilla. Y con esto quieren gritar que son capaces de todo, capaces de correr más que nadie, capaces de saltar más alto, de llegar primero, de aprender más y mejor...
Sonrío cuándo les veo moverse con toda esa energía. Respiran alegría y dan tanto amor que nada podría superarlo.
Este grupo, entrañable, adorable, con tanto por hacer, inquietos, fuertes han conseguido que cada día sea un reto.
Ahora tenemos por delante un camino lleno de aventuras para recorrer.
Quiero ser su guía, les llevaré de la mano en este tiempo, para dejarles abiertos a nuevas experiencias dentro de un año, más maduros, más fuertes pero sabiendo que todos y cada uno dejarán en mi una huella permanente. Yo también crezco con ellos. Son mis maestros en la alegría, en la fuerza, en la energía, en la inocencia.
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